viernes, marzo 21, 2008

Paki 41 – Con pedazos de mi piel.

Supay levanta su rostro tratando de mirar un cielo que no será suyo, un paraíso que no alcanzara, tratando de ver en medio de sus lagrimas de sangre, se acerca a la Ñusta, la Ñusta que nunca fue suya, toma una de sus manos, sin ver solo sintiendo la dulce suavidad de su piel, solo olfateando su dulce olor de paraíso, levanta sus rostro, como preguntado ¿Por qué?. Grita con todo el aire que queda en sus Pulmones, “Padre, ¿por qué me has abandonado?”. Saca de sus costado el puñal que le arrebato el amor, lo saca tan rápido, como si el dolor no existiera, si es que ya Supay no paso los limites de dicho dolor, toma el puñal con su mano derecha, con la izquierda sujeta a la Ñusta, sin que nadie se percate, Supay tira de ella, sin ver, solo sintiendo, la toma del cuello, la olfatea como un perro ciego a su victima, dejando caer sus lagrimas de sangre sobre su rostro “Siempre con la frente en alto, siempre digno” – Lo dijo como si pudiera verla, como si sus ojos ciegos pudieran explorar la mirada de aquellos ojos que lo desterraron del infierno, los culpables del cambio de su destino, los culpables de su destierro. Al terminar de decirlo, Supay empuña fuerte el puñal en su mano, con todo el dolor del universo lo clava directo en el corazón de su Ñusta, “Tengo dos opciones, o me dejo matar por este amor, o lo mato yo primero, créeme, no quiero morir, no vales la pena”.

Supay sentía como era golpeado por todos lados, como trataban de alejarlo de su Ñusta, sentía los disparos romper sus alas, penetrar su piel, completamente ciego, con una sonrisa pintada de rojo sangre, sangre de sus ojos, con sus dientes rotos, como observado sin ver la muerte de la Ñusta, sin soltar su cuello, sintiendo como lentamente el corazón dejaba de latir, sintiendo como ya no llegaba sangre ni oxigeno a su cerebro, recordó como disfrutaba antes del placer de matar, grito de nuevo mientras apretaba mas duro su cuello, saco el puñal del pecho de su Ñusta, sin soltarla del cuello, de pie, como un bisonte atacado por feroces Leones, sabiendo que no vivirá, pero tratando de hacer el mayor daño a sus victimarios, con un grito que cortaba el aire y rompía los tímpanos de quienes lo escuchaban, movió sus grandes y destrozadas alas, su mano derecha se movía sin control tratando de herir todo lo que estuviera cerca, sentía como querían arrebatarle el cuerpo de la Ñusta, pero para él era como uno de sus viejos trofeos de caza, lo que menos quería era soltarla, quería sentir el placer de su ultimo latido, su ultima respiración, su ultimo gemido, su ultimo dolor, por fin Supay la había tocado con su propia piel.

Sintió la visita de la muerte, la veía en su oscuridad, vía como esta se acercaba sonriendo bajo su gran túnica negra, como tomaba su mano y soltaba el cuello de la Ñusta, vio en medio de su oscuridad como el cuerpo de la Ñusta caía al piso y como la muerte tomaba su alma para llevarla al paraíso, al paraíso de Supay, al infierno, “Tu Padre seguirá con el trabajo” – Dijo la Muerte. Supay dejo caer su cuerpo, ya no sentía dolor, ya no sentía nada, su rostro tenia una sonrisa de misión cumplida, marcada por la sangre, marcada por el dolor, marcada por las heridas, marcada por su amor, marcada por su dolor.


Supay a muerto, Supay a descansado, ¿A Donde va el alma de Supay?. Supay era un Ángel, ¿A dónde van los Ángeles cuando mueren?.

A veces es tan difícil abrir los ojos a la verdad, no es necesario dejar de respirar y que tu corazón se detenga para estar muerto, solo mira las calles, están llenas de Ángeles muertos, sin vida, sin alma, en un infierno no eterno, en la tierra, en el Allpa pacha.

Supay no ha muerto, habita en cada uno de nosotros, es la parte oscura que cada uno de nosotros lleva dentro, es nuestro complemento, nuestra defensa, nuestro grito en la oscuridad, es nuestra parte de Caín en un cuerpo de Abel.

Supay representa el dolor del amor, la parte triste de ese hermoso sentimiento, la parte terca del querer, el dolor de los besos y caricias no recibidas, la agonía de no poder expresar lo que se siente, Supay es una radiografía de nuestro dolor, Supay soy yo, Supay eres tu, Supay esta en todo lo que nos rodea, Supay es la parte negra de la noche que desea abrazar una estrella, Supay es lo que queda al final de una traición, Supay es el silencio arrodillado mirando al cielo, sin creer en la traición, Supay es silencio oculto en cada grito de fingida alegría tras la derrota, Supay son los ojos abiertos tras correr el velo de la mentira que mostraba hermosa una asquerosa realidad.

¿Cómo puedes matar a Supay?, Si el mal habita en cada uno de nosotros.

Vivir es tu decisión. Gracias, el mal ha vuelto a brillar en mis ojos.

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