viernes, marzo 21, 2008

Paki 33 – La Muerte.

La extraña pareja empezó a salir de la clínica, un hombre sin piernas en su pequeño carro de madera, junto a un hombre alto, de barba canosa que hablaba de su avanzada edad, de su piel curtida por el sol, de sus grandes manos que mostraban que había trabajado mucho con ellas, su paso largo se veía frenado por la velocidad de su extraño compañero, aunque aquel día hacia algo de calor, Pierre llevaba puesto una gabardina de cuero, no la utilizaba por el clima, le servía de escudo ya que antibalas, además, bajo ella cubría la ballesta con la que durante tantos años ayudo a la hermandad a cumplir con la limpieza de demonios y brujas.

Solamente habían avanzado dos manzanas cuando vieron una camioneta negra girar en la esquina con rumbo al hospital, Pierre sabia que eran ellos, tomo a Supay y lo cargo como un paquete de mercado, “Vamos, son ellos debemos desaparecer rápido de aquí” – Dijo Pierre – Supay se sintió un poco humillado por el tratamiento que esta recibiendo en esos momentos, ni siquiera de joven demonio fue cargado por nadie.

La camioneta paro bruscamente en la clínica, varios hombres bajaron de ella y entraron a la sala de espera, preguntaron a las enfermeras sobre un hombre invalido, estas le contestaron que se había ido hace poco con un hombre alto de barba blanca, los hombres preguntaron por el rumbo que estos tomaron, inmediatamente salieron de la clínica, dos en la camioneta y 4 corría por las calles en el sentido que les habían indicado la enfermeras, en su carrera preguntaban a los peatones por el par de hombres que buscaban, hasta que una mujer en un puesto de revista les indico donde los había visto, siguieron corriendo en aquel sentido, vieron el carro de madera tirado en el piso, ahora sabían que el hombre sin piernas era cargado por alguien, ¿Pero por quien?.

Pierre llego con Supay al final de un callejón, lo paso para su espalda y le dijo que se sujetara que debía subir la escalera, Supay pensó que sería mejor transformarse nuevamente en demonio y abandonar ese cuerpo, le comento la idea a Pierre, pero este negó con la cabeza, - “Eso solo hará que te debilites mas, hazlo solo cuando sea necesario” – Dijo Pierre. Siguieron subiendo la escalera, con Supay como un niño atado a la espalda de su protector, en ese momento se escucho el sonido de las llantas al frenar rápidamente, ese sonido que se produce cuando el caucho se quema en el cemento por la fricción, Pierre miro rápidamente a su espalda, vio como dos personas bajaban de la camioneta y cargaban sus ballestas, dos hombres mas aparecieron corriendo al principio del callejón, corriendo hacia la escalera por donde ascendían Pierre y su carga casi humana, Supay.

Solo pasaron unos segundos cuando se escucharon las flechas de las ballestas cortar el viento y pasar cerca de ellos, Pierre empezó a subir más rápido la escalera, ya estaba a punto de llegar al final de la escalera cuando vio que su destino estaba truncado por otro miembro de la Hermandad que lo miro a los ojos y le dijo - “Nunca pensé que nos traicionaras de esta manera” – No dijo nada mas, la mirada fue eterna, Pierre estaba congelado, parecía que el sonido de las flechas no le recordaba que estaba en peligro su vida, solo un grito de dolor que emitió Supay al recibir una flecha en uno de sus brazos pareció sacarlo de su estado hipnótico, Pierre amarro de una manera supremamente rápida y hábil un seguro a la escalera, seguro que estaba al extremo de una larga soga atada a su cintura, se tiro de espaldas al vació – “Sujétate fuerte” grito Pierre, en medio de su caída saco su Ballesta siempre cargada y disparo al mismo tiempo que su ex compañero de hermandad en la terraza disparaba una flecha directamente a su cuello, la flecha de Pierre solo corto levemente el rostro de su agresor, Pierre no pudo volver a cargar su Ballesta, la flecha había cumplido su cometido, la vida de Pierre estaba terminando, Solo pudo sujetarse de la soga para evitar la caída total y moverse hasta una ventana y arrojar a ahí a Supay, cuatro pisos lejos de sus cazadores.

Supay rodó por el piso y unos segundos mas tarde callo Pierre dentro de la habitación, con media flecha aun dentro de su cuello, le extendió su mano y con la otra le paso la ballesta y su carga de flechas, trataba de decirle algo, pero su garganta esta llena de sangre y sus cuerdas vocales completamente destruidas, Pierre solo pensaba “Perdóname hijo”. Ahora Supay debía tomar una rápida decisión, tomo la ballesta y las flechas, vio como un hombre entro por la ventana, Supay apunto justo a su corazón y este callo por la pared del edificio golpeándose contra el piso ya muerto.

Los otros hombres decidieron tomar otra estrategia, el hombre de la terraza bajo rápidamente por las escaleras dentro del edificio y entro al cuarto donde esta Supay, sigilosamente se desplazo para no ser escuchado por Supay. El pequeño hombre sin piernas estaba en un rincón esperando la próxima entrada de algún hombre por la ventana, pero lo que recibió fue una bomba de gas lacrimógeno, que lleno de humo toda la habitación, los cazadores con mascaras anti-gas esperaron unos segundos para entrar por la ventana, contaron hasta tres y uno tras otro fueron saltando dentro del apartamento, Supay sentía que sus ojos se quemaban de adentro hacia fuera, frotaba sus manos en sus ojos, pero esto no lograba apaciguar su dolor, no podía ver nada, en parte por el ardor que sentía en sus ojos y por la cantidad de humo que había en la habitación.

Sus cazadores con lentes termo sensibles vieron el calor que emitía Supay, automáticamente empezaron a disparar hacia el lugar donde estaba Supay, este escucho el sonido de las flechas y pudo moverse ligeramente a tiempo para evitar el impacto en el corazón de una de las flechas, mas no para evitar que una diera en su hombro, Supay disparo al azar su Ballesta, pero sabía que eso no lo salvaría, era hora de cambiar a su forma normal, así lo hizo, chocando contra las paredes y contra sus cazadores Supay logro encontrar la ventana, pero cuando ya se sentía libre sintió como una flecha atravesaba una de sus alas y lo arrastraba al suelo.

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